El primer ministro de Serbia, Milos Vucevic, anunció su dimisión irrevocable este martes 28 de enero, en medio de un clima de creciente descontento social tras el trágico derrumbe de la estación del tren en la ciudad de Novi Sad en noviembre de 2024, que dejó un saldo de 15 personas fallecidas.
Esta decisión se produce después de meses de protestas contra su gobierno, que habían sido impulsadas por la indignación de la población ante la tragedia.
En un emotivo discurso televisado, Vucevic destacó los logros de su administración, afirmando que durante su mandato se había logrado un «progreso histórico», con un crecimiento económico que posiciona a Serbia como la segunda economía con mayor expansión en Europa.
Asimismo, mencionó el aumento de salarios y pensiones como hitos importantes de su gestión. Sin embargo, el primer ministro reconoció que, a pesar de estos avances, el dolor causado por el accidente en Novi Sad había dejado una huella imborrable en la sociedad.
.«[El Gobierno] debe mostrar (…) el más alto nivel de responsabilidad. Para no aumentar más las tensiones sociales, he tomado la decisión que acabo de anunciar», añadió el líder del partido progresista.
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