Según datos del Banco Mundial, las remesas enviadas a Venezuela alcanzaron los 3.800 millones de dólares en 2024, lo que representa solo el 3,7% del Producto Interno Bruto (PIB) del país. Este monto refleja un crecimiento del 8,6% en comparación con el año anterior, pero su impacto en la economía sigue siendo limitado.
Asdrúbal Oliveros, socio director de Ecoanalítica, señaló que aunque las remesas financian una parte del consumo de la población vulnerable, no son el principal motor del consumo en Venezuela. Factores como el poder adquisitivo, el trabajo informal y las economías ilícitas juegan un papel crucial en la dinámica económica del país.
El Banco Mundial también estimó que el flujo de remesas hacia América Latina y el Caribe alcanzaría un récord de 161.000 millones de dólares en 2024, con un crecimiento del 5%. Sin embargo, Venezuela recibió apenas el 2,36% de las remesas enviadas a la región, a pesar de contar con una población migrante de aproximadamente 8 millones de personas.
Los montos enviados por los migrantes venezolanos oscilan entre 131 y 648 dólares mensuales, representando entre el 6% y el 23% de sus ingresos. La mayoría de los migrantes envían dinero principalmente a sus madres, lo que refleja la difícil situación económica que enfrentan tanto en el país de acogida como en Venezuela.
Expertos advierten que, debido a la precariedad laboral de muchos migrantes, su capacidad para enviar remesas eslimitada, lo que continúa afectando la economía venezolana en medio de la crisis.
