Reuters – Venezuela está en riesgo de revertir años de desaceleración inflacionaria tras la reciente decisión del gobierno de permitir la depreciación del bolívar, según advierten analistas del sector público y privado. La medida, que se produce después de más de nueve meses de tipo de cambio fijo, ha generado preocupaciones sobre el impacto en la economía de un país que aún lucha por recuperarse de años de hiperinflación.
Desde mediados de octubre, el gobierno venezolano ha dejado flotar la moneda, lo que ha llevado a una caída del bolívar de aproximadamente 36,5 a 45 por dólar. Este cambio de política se produce en un contexto donde la administración de Nicolás Maduro, que comenzará su tercer mandato en enero, afirmaba haber controlado la inflación, que en junio se había reducido al 1%.
Sin embargo, la falta de divisas y la sobrevaluación del bolívar han hecho que las importaciones sean más baratas que los productos locales, lo que ha afectado al sector privado y contribuido a un aumento del 12% en los precios en los últimos nueve meses. Las proyecciones de inflación para el cierre del año se han ajustado al alza, con estimaciones que oscilan entre el 35% y el 40%.
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El profesor de economía Daniel Cadenas destacó que la falta de una fuente creciente de divisas, especialmente en un país dependiente de los ingresos petroleros, es un factor crítico para el funcionamiento del sistema económico. La vicepresidenta Delcy Rodríguez ha hecho un llamado a la reflexión sobre el uso de las divisas, advirtiendo que el país, bajo sanciones, no puede permitirse «divisas baratas» para productos no esenciales.
Con el Banco Central de Venezuela reduciendo significativamente la cantidad de dólares inyectados al mercado, las empresas enfrentan dificultades para importar bienes, lo que podría exacerbar la crisis económica. La situación actual plantea serias interrogantes sobre la capacidad del gobierno para gestionar la economía y evitar una nueva ola de inflación que afecte a millones de venezolanos.
Por Reuters