El vicepresidente de EE.UU, JD Vance, fue recibido con un abrumador abucheo al llegar al Centro John F. Kennedy para las Artes Escénicas en Washington D.C., donde se llevaba a cabo un concierto de la Orquesta Sinfónica Nacional.
La molestia del público era evidente, exacerbada por retrasos provocados por los controles del Servicio Secreto. Los asistentes no dudaron en manifestar su descontento con gritos como: “¡Arruinaron este lugar!”.
Este incidente se inscribe en un contexto más amplio de controversia en torno a los recientes cambios en el Kennedy Center, impulsados por el expresidente Donald Trump. Su administración destituyó a la junta directiva anterior y se autoproclamó presidente de la institución, lo que generó una ola de reacciones negativas en la comunidad artística.
Entre los nuevos nombramientos, destaca Usha Vance, esposa de JD Vance, lo que ha sido criticado por muchos dentro del sector.
La controversia ha llevado a figuras prominentes del entretenimiento, como Shonda Rhimes y Ben Folds, a renunciar en señal de protesta.
Además, más de 20 espectáculos, incluido el aclamado musical “Hamilton”, han sido cancelados, reflejando el creciente descontento hacia la gestión actual del Kennedy Center y su impacto en la cultura artística del país.