El Observatorio Venezolano de Finanzas indica que hoy, 12 de febrero, la brecha entre las remuneraciones emitidas por el sector privado y el sector público en Venezuela se amplió significativamente entre 2022 y 2023 debido a la política de congelación salarial aplicada por el gobierno.
El 87% de las remuneraciones se negociaron en dólares, pero aún así, los salarios no son suficientes para adquirir la canasta alimentaria valorada en unos 400$.
El economista José Guerra señala que “los salarios están debilitados y el poder adquisitivo es muy limitado en un contexto de creciente dolarización de la economía, lo que está excluyendo a una parte importante de los hogares venezolanos de la capacidad de consumir”.
A pesar de esto, el presidente Nicolás Maduro anunció a mediados de enero un ajuste al «Bono de Guerra» que reciben los empleados públicos, pero no mencionó un incremento en el salario mínimo que sigue siendo de 4$ al mes.
El «Bono de Guerra» se ajustó a 60$ mensuales y el bono de alimentación se mantuvo en 40$, permitiendo a los trabajadores comprar alimentos.
Esta situación refleja la difícil realidad económica que enfrentan los trabajadores, donde la capacidad de consumo se ve seriamente afectada por la crisis económica y la inflación descontrolada.
Lea también: Venezuela y Colombia se reunen para combatir el crimen en la frontera
Redacción Web