En una reciente entrevista, Antonio Espaillat, gerente de la discoteca Jet Set en Santo Domingo, admitió que el local siempre había presentado problemas de filtración en su techo, un factor que pudo haber contribuido al colapso de la estructura el 8 de abril, que resultó en la trágica muerte de 221 personas.
Espaillat reveló que el edificio, adquirido a finales de los años 80, tenía filtraciones desde su compra. Según él, la situación se agravó con el tiempo, ya que el agua de los aires acondicionados saturaba los paneles de yeso del techo, los cuales se volvían pesados y terminaban cayendo. En el mismo día del derrumbe, se habían cambiado algunos de estos paneles.
Las autoridades dominicanas han iniciado una investigación sobre la tragedia, advirtiendo que la sobrecarga en la estructura combinada con la falta de supervisión oficial fueron factores determinantes en el colapso. Espaillat mencionó que su familia estuvo presente en el local durante el incidente y que, de haber sabido de los riesgos, habría tomado medidas para evitarlo.
El presidente Luis Abinader destacó la falta de una legislación que obligue a la inspección de edificios privados y anunció que el Ministerio de Vivienda está trabajando en un proyecto de ley para abordar esta problemática.
Ante las demandas por homicidio involuntario presentadas por familiares de las víctimas, la situación legal del gerente se complica, mientras que la comunidad sigue de luto por la pérdida de vidas, incluido el famoso cantante Rubby Pérez y exbeisbolistas dominicanos.
Con información de AFP