La reciente detención de Mahmoud Khalil, un destacado activista propalestina y exalumno de la Universidad de Columbia, ha generado una ola de indignación en el ámbito académico y entre defensores de los derechos humanos en Estados Unidos. La Policía Federal de Inmigración (ICE) arrestó a Khalil, durante el fin de semana, en el contexto de un procedimiento de deportación impulsado por la administración de Donald Trump.
Khalil, quien se había convertido en un portavoz clave del movimiento estudiantil propalestina en Columbia, es acusado de llevar a cabo «actividades vinculadas a Hamás», aunque hasta el momento no se ha presentado evidencia concreta que respalde dicha acusación. En respuesta a su arresto, más de mil manifestantes se reunieron en Manhattan para exigir su liberación, denunciando la intimidación y el acoso que sufren los estudiantes por expresar sus opiniones.
Donald Trump, a través de su red social, advirtió que este arresto es solo el primero de muchos, señalando que hay otros estudiantes en diversas universidades implicados en lo que él considera actividades proterroristas. Esta situación reavivó el debate sobre la libertad de expresión en los campus universitarios, donde muchos cienten que se están silenciando sus opiniones.
La detención de Khalil ha provocado una respuesta contundente de la comunidad académica y organizaciones de derechos civiles, quienes argumentan que las universidades deben ser espacios seguros para el libre intercambio de ideas. Además, la administración de Trump ha amenazado con recortar 400 millones de dólares en subvenciones federales a la Universidad de Columbia, acusándola de no actuar contra lo que consideran actos antisemitas.
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— UHN PLUS (@UHN_Plus) March 12, 2025
Cientos de manifestantes pro-Palestina rodean corte en Nueva York exigiendo liberar a Mahmoud Khalil, detenido, con visa revocada y en proceso de deportación por encabezar disturbios en Columbia. pic.twitter.com/wj4HJ6Qdl2
La situación de Khalil sigue siendo incierta mientras se llevan a cabo los procedimientos legales para su deportación, lo que ha dejado a su comunidad y a sus seres queridos profundamente preocupados por su futuro.
Con información de RFI
