El Real Madrid ha protagonizado una jornada de alta tensión este viernes, a tan solo 24 horas de la final de la Copa del Rey 2025 frente al FC Barcelona. El club blanco solicitó a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) el reemplazo del árbitro designado, Ricardo de Burgos Bengoetxea, tras la difusión de un video en Real Madrid TV que cuestionaba su imparcialidad y destacaba errores pasados. La petición fue rechazada por la RFEF, lo que llevó al club a cancelar su participación en la rueda de prensa oficial y en la sesión de entrenamiento previa al partido.
La controversia escaló cuando De Burgos Bengoetxea, visiblemente afectado, reveló en una conferencia de prensa que su hijo había sido acosado en la escuela, siendo llamado «ladrón» debido a las críticas emitidas por el canal oficial del Real Madrid. El árbitro expresó su preocupación por el impacto personal que la situación estaba teniendo en su familia.
Escúchenlo. Esto es lo que provoca la deshumanización de la tarea arbitral. A esto llegan con la persecución sin tregua en pos de la “defensa” de una camiseta. Este es el árbitro de la final de Copa y mañana se equivocará, como seguro nos equivocamos todos, todos los días. pic.twitter.com/zBLWHM3XBT
— Fernando Palomo ESPN®️ (@fernandopalomo) April 25, 2025
En respuesta, el Real Madrid emitió un comunicado oficial calificando de «inaceptables» las declaraciones públicas realizadas por los árbitros designados para la final, argumentando que evidencian una «clara y manifiesta animosidad y hostilidad hacia el Real Madrid». El club también negó haber considerado en ningún momento la posibilidad de no presentarse al partido, asegurando que su intención siempre ha sido disputar la final.