El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, dio inicio este domingo a la cumbre anual del grupo BRICS en Río de Janeiro, recibiendo a delegaciones de más de 30 países, aunque con importantes ausencias, como las de los mandatarios de Rusia y China.
Bajo estrictas medidas de seguridad, el primero en llegar fue el canciller iraní, Abás Araqchí, representante de uno de los nuevos miembros plenos del bloque desde 2024. Su presencia adquiere relevancia tras la reciente ofensiva israelí contra Irán, en la que también intervino Estados Unidos, dejando tensiones regionales aún latentes.
El primer ministro indio, Narendra Modi, fue el segundo en ser recibido por Lula, mientras que se espera la participación de líderes de países asociados como Cuba y Bolivia.
Por su parte, Vladímir Putin no asistió debido a la orden de arresto en su contra por parte de la Corte Penal Internacional, siendo reemplazado por el canciller Serguéi Lavrov.
La ausencia más sorpresiva es la del presidente chino, Xi Jinping, quien será representado por el primer ministro, Li Qiang.
El encuentro se centra en temas como la reforma del orden internacional, el multilateralismo, la lucha contra la pobreza y el desarrollo sostenible. Desde su ampliación en 2024, los BRICS ahora agrupan a 11 miembros plenos y 10 países asociados, consolidándose como un bloque entre las economías emergentes.
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